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Un sencillo hábito de higiene podría prevenir un tipo de cáncer muy letal

Entre los cientos de tipos de bacterias y hongos presentes en la boca, 27 tipos se han relacionado con un riesgo 3,5 veces mayor de desarrollar cáncer de páncreas, sugiere un estudio del centro médico Langone Health de la Universidad de Nueva York publicado en línea el 18 de septiembre en JAMA Oncology.

«Está más claro que nunca que cepillarse los dientes y usar hilo dental no solo puede ayudar a prevenir una enfermedad periodontal, sino que también puede proteger contra el cáncer», comentó un coautor del estudio, el profesor Richard Hayes, citado por la página web del centro.

Desde hace tiempo se observó que las personas con mala salud bucal son más vulnerables al cáncer de páncreas que quienes tienen una boca más sana.

Los estudios anteriores han descubierto un mecanismo que podría explicar esta conexión: las bacterias pueden viajar a través de la saliva ingerida hasta el páncreas, órgano que ayuda a la digestión. Sin embargo, hasta ahora no se había esclarecido qué especies podrían contribuir a esta afección.
Al evaluar la composición genética de los microbios recolectados de la saliva de 122.000 hombres y mujeres sanos, los científicos identificaron 24 especies de bacterias y hongos que, individualmente, aumentaban o reducían el riesgo de cáncer de páncreas. A este grupo se han sumado otros tres tipos de bacterias (también relacionadas con el cáncer) que ya se sabía que contribuyen a la enfermedad periodontal, una infección grave de las encías que puede erosionar la mandíbula y los tejidos blandos que rodean los dientes.

En conjunto, todo el grupo de microbios aumentó en más de tres veces las probabilidades de los participantes de desarrollar cáncer.

El estudio también es el primero en demostrar que los hongos orales —un tipo de levadura del género cándida que vive naturalmente en la piel y en todo el cuerpo— podrían influir en el cáncer de páncreas.

El doctor Hayes recalcó que el objetivo de este estudio fue identificar correlaciones entre el riesgo de enfermedad y ciertos microbios presentes en la boca, pero no permite establecer una relación de causalidad, para lo que sería necesario mayor investigación.

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